Pues sí. Es así. Lo cuento porque nadie me lee, solo Sara. Después de todo el periplo médico y de que no tengan resultados claros en ningún aspecto y continúe con el dolor, me han diagnosticado fibromialgia. No tengo ni idea de en qué consiste, salvo. por lo que he empezado a leer en Instagram, de personas afectadas, y de videos que he recopilado a través de youtube de aquellos médicos que sí reconocen la dolencia como verdadera. Yo lo que sé es que, a veces, es como si me clavasen agujas en el abdomen, como si me ardiera, como si me dieran espasmos. Me duelen las costillas y ese dolor se vuelve generalizado y me va a todos y cada uno de mis músculos.
En cuanto al humor, es muy variable. Puedo sentirme dos semanas maravillosamente, y no paro de hacer cosas. Tengo ánimo y motivación para ocuparme de todo. De repente, un día no duermo en toda la noche, porque me noto muy activa, y ya al día siguiente comienza el bajón, que no sé lo que durará. Ahora me encuentro en esos momentos. Cuando es así, algo muy típico que me sucede es que desando lo andado. Por ejemplo. Me había planteado hacer una página sobre cuidado de mascotas, como habréis podido leer, para ayudar a mi hijo con discapacidad a poder tener un trabajito que le permita salir de casa. Porque, la verdad, es que no salimos, yo por lo menos, en casi todo el día. Y estamos juntos siempre porque necesita supervisión, aunque tenga 21 años.

Decía lo de la página patasbiencuidadas.com, que ayer deshabilité y hoy he vuelto a habilitar. La semana pasada tenía ganas de empezar a hacer yoga en Energía Zen, un lugar que me pareció encantador, donde ya había rescatado con Too Good To Go una variedad de infusiones y comprado Ghee, muy ayurvédico todo, para probar, y eso que el yoga no me gusta nada, pero era por estirarme y moverme algo, y esta semana ya no quiero ir. Como podéis imaginar da una sensación de variabilidad de decisiones y de que la cabeza no está muy amueblada. Pero no os preocupéis, la tengo bien amueblada. Lo único es que estoy cansada.
Cuando estoy tan, tan cansada, solo quiero dormir y relajarme, si puedo. Ahí, escucho algún libro e intento recuperar energía para cuando me levante empoderada. El problema es que, cuando me encuentro mejor, esas energías las derrocho haciendo cosas en casa sin mantener una reserva para el día a día.
No sé si creerme lo de la fibromialgia o no porque no tengo grandes datos. Por el momento sigo a la espera de alguna prueba más que complete el ciclo. Y ya se verá.
Y si esto os pasase a alguno/a de vosotras y vosotros, porque no solo es cosa de mujeres, ¿podríais compartir conmigo vuestra historia y experiencia? Me ayudaría enormemente.
Mil gracias.


Replica a sunshine Cancelar la respuesta