La reciente sentencia en el caso del asesinato de Samuel Luiz nos recuerda que la violencia homófoba sigue siendo una amenaza tangible para muchas personas. La justicia ha declarado culpables a tres de los acusados, pero la brutalidad que terminó con la vida de Samuel no puede ser justificada bajo ningún concepto. Su muerte, tras ser agredido por su orientación sexual, muestra la cruda realidad de la discriminación que aun enfrentan las personas LGBTIQ+. Los gritos de «maricón» antes de la agresión no solo fueron insultos, sino un ataque al derecho fundamental de cada individuo a vivir su sexualidad en libertad.

A través de esta reflexión, quiero rendir homenaje a Samuel, pero también señalar que su pérdida no debe ser en vano. La lucha por la igualdad de derechos sigue siendo urgente. En un mundo que sigue avanzando hacia la inclusión, el dolor de estas tragedias nos invita a revisar nuestras creencias, nuestras leyes y, sobre todo, nuestra actitud ante la diversidad.

La memoria de Samuel Luiz sigue viva, no solo en los recuerdos de su familia y amigos, sino en cada paso hacia un futuro más justo para todas las personas, sin importar su orientación sexual. Cada acción, cada manifestación, cada voz que se alza en defensa de los derechos LGBTIQ+ es un tributo a su vida y a todas las vidas que luchan por ser aceptadas tal como son.

Hoy, más que nunca, es necesario seguir construyendo una sociedad en la que las diferencias no sean motivo de odio, sino de celebración. Samuel, en su corta vida, dejó un legado de valentía, que debemos recordar para seguir avanzando en la lucha contra la homofobia, el racismo y cualquier forma de exclusión. Que su memoria inspire una sociedad donde la libertad de ser, amar y vivir no sea una lucha, sino una realidad para todos.

Este es un recordatorio de que la violencia no es solo un acto físico, sino también un reflejo de los prejuicios que todavía existen en la sociedad. Si realmente aspiramos a un mundo más inclusivo, debemos seguir trabajando desde la base, en las leyes, pero también en la mentalidad colectiva, para erradicar de una vez por todas cualquier forma de odio que se base en la orientación sexual. Samuel Luiz vive en nuestra lucha diaria por la igualdad.