Hoy es el día de la libertad, un concepto tan amplio y poderoso que define nuestra esencia como seres humanos. Libertad para elegir quiénes somos, qué pensamos, cómo vivimos. Libertad para amar sin condiciones, para expresarnos sin miedo, para soñar sin límites. Es la base de todas las grandes luchas de la humanidad: por la justicia, por la igualdad, por la dignidad.

y hoy quiero hablar de esas libertades que construyen sociedades justas. La libertad de recibir una pensión digna tras años de trabajo y sacrificio, garantizando que nadie quede abandonado en la etapa más vulnerable de su vida. La libertad de acceder a un transporte público asequible, que permita a todos desplazarse para trabajar, estudiar o vivir, sin que eso signifique renunciar a otras necesidades básicas. La libertad de saber que los derechos fundamentales no son privilegios para unos pocos, sino conquistas que deben protegerse cada día.

Sin embargo, también debemos reflexionar sobre las libertades que todavía hoy no son respetadas en muchos lugares del planeta. La libertad de expresión es reprimida en regímenes autoritarios donde hablar puede costar la vida. La libertad de amar sigue siendo criminalizada en países que persiguen a las personas por su orientación sexual. La libertad de las mujeres a decidir sobre sus propios cuerpos es limitada por leyes retrógradas. La libertad de los pueblos indígenas a proteger sus tierras es amenazada por intereses económicos voraces. Y, quizás lo más devastador, nuestra libertad futura está en riesgo por un cambio climático acelerado, resultado de decisiones humanas irresponsables.

¿Cómo podemos hablar de libertad si destruimos el planeta que nos la sustenta? Los efectos del cambio climático ya están aquí: sequías extremas, inundaciones, pérdida de biodiversidad. Cada vez más personas pierden su libertad de vivir en sus tierras, obligadas a emigrar como refugiados climáticos. La lucha por la libertad debe incluir la lucha por la justicia ambiental, porque sin un planeta habitable, ninguna libertad es posible.

Y aquí entra mi indignación. Mi profunda rabia al ver que hay quienes, desde sus cómodos asientos de poder, levantan la mano para votar en contra de estas libertades. ¿Cómo se puede justificar que alguien niegue una subida de las pensiones? ¿Cómo se puede dar la espalda a quienes necesitan ayudas para reducir el coste del transporte público? ¿En manos de quién estamos cuando estas decisiones no reflejan el bienestar colectivo, sino intereses individuales o partidistas?

Estas no son decisiones abstractas. Cada voto tiene consecuencias reales: una familia que no llega a fin de mes, una persona mayor que debe elegir entre medicinas o comida, un joven que no puede permitirse estudiar porque el transporte es demasiado caro. Los desahucios. Detrás de cada número, hay vidas. Historias. Personas que merecen respeto. Mientras tanto tenemos a un Elon Musk levantando la mano del pecho al aire, recordando la simbología Nazi.

La libertad es también nuestra responsabilidad como sociedad. Es exigir que quienes nos representan trabajen por el bien común y no por intereses propios. Es levantar la voz cuando los derechos se ven amenazados. Porque la libertad nunca está garantizada: se conquista, se protege y se defiende cada día.

En este día de la libertad, quiero invocar también el principio del ahimsa, la no violencia, como un recordatorio de que nuestras acciones deben estar guiadas por la justicia y la empatía, no por el odio ni la ira. Porque aunque nos indigne la injusticia, no podemos perder el equilibrio ni dejar que la rabia nos desborde. Ahimsa nos enseña que el cambio real nace de la fuerza tranquila y de la determinación por construir un mundo mejor.

Ser libres no significa mirar hacia otro lado, sino enfrentar las injusticias con valentía y con el compromiso de hacerlo desde la paz. Mientras haya derechos que defender y libertades que reclamar, seguiremos luchando. Por cada pensión digna, por cada billete de transporte asequible, por cada sueño de un mundo más justo, nuestra voz seguirá sonando.

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Comentarios

2 respuestas a “La Libertad como Lucha y Responsabilidad: Un Compromiso con la Justicia y el Futuro”

  1. Eyy, unha das miñas cancións favoritas. Precioso.

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