En su Cartas a un joven poeta, Rainer Maria Rilke ofrece un consejo que suena con fuerza en nuestra sociedad acelerada. Es algo así como que la vida no es una carrera. Este mensaje nos Induce a plantearnos la importancia de los momentos de descanso, la necesidad de espacio para la espera y la paciencia, esenciales para el proceso de crecimiento personal y artístico.
Rilke nos recuerda que la vida no es simplemente una sucesión de logros que debemos apresuradamente superar, sino una serie de momentos que requiere apertura y disposición para llegar en su propio tiempo. «La vida no es una sucesión de hechos que debe ser superada, sino una serie de momentos que nos espera», escribe, subrayando que no se trata de forzar el desarrollo, sino de confiar en su ritmo natural.
El descanso como parte del proceso
Vivimos en un mundo que glorifica el movimiento constante, donde siempre hay algo que hacer, algo que lograr. Sin embargo, en la perspectiva de Rilke, el «no hacer» se presenta como una forma de arte. El descanso no es una pérdida de tiempo, sino un espacio necesario para el desarrollo. En lugar de acelerar nos a llenar cada hueco de nuestra vida con actividades, deberíamos aprender a dejar que las cosas lleguen por sí solas. La resistencia, en este caso, no es un freno, sino un acto de confianza en que todo llega en su momento.
En este sentido, Rilke también refleja su visión en su poesía. Es en la calma donde, paradójicamente, la vida cobra su verdadera forma. En este proceso de «espera activa», aprendemos a escuchar, a observar los pequeños detalles y, sobre todo, a permitir que las cosas se resuelvan por sí solas, sin presionarlas.
La paciencia y la creación artística
Este consejo se vuelve especialmente relevante cuando hablamos de la creatividad y el arte. La creación no siempre sigue una lógica lineal ni un calendario preestablecido. Los momentos de bloqueo o pausa son tan necesarios como los de inspiración. Rilke, como poeta, comprendió que las mejores obras surgen cuando se permite que los pensamientos y sentimientos maduren a su propio ritmo. No hay prisa, solo la necesidad de dar espacio a la germinación de nuevas ideas.
El descanso también es una parte esencial de cualquier proceso artístico. Es el tiempo que se da para que las ideas respiren, se diluyan en nuestro ser y luego resurjan con renovada claridad. De alguna forma, al igual que en la naturaleza, hay estaciones en el alma que requieren calma antes de renacer con mayor fuerza.
El movimiento Slow y la desaceleración consciente
Este enfoque de «esperar» y «dejar llegar» tiene paralelismos con el movimiento Slow, un concepto que busca precisamente desacelerar la velocidad de nuestras vidas. Carl Honoré, en su libro Elogio de la lentitud, nos invita a cuestionar nuestra obsesión con la rapidez y la eficiencia, sugiriendo que, al igual que Rilke, debemos aprender a detenernos y disfrutar del proceso, a dejar que las cosas maduren a su propio ritmo. Honoré señala que en nuestra cultura acelerada, a menudo olvidamos que lo más importante no es hacer todo rápido, sino hacerlo bien y con consciencia.
Hablaremos más adelante de este movimiento y su impacto en la vida cotidiana, pero ya podemos adelantar que, como en las enseñanzas de Rilke, el descanso, la reflexión y la espera son claves para un bienestar profundo y genuino.
Conclusión: Aprender a esperar
En un mundo donde todo parece exigir inmediatez, la sabiduría de Rilke nos ofrece una alternativa radical. En lugar de ver el descanso como un obstáculo o una demora, podemos entenderlo como una parte integral del proceso de crecimiento. La vida, el arte o las relaciones; todo sigue un ritmo propio. No hay necesidad de apresurarnos. Al contrario, debemos aprender a descansar y esperar, sabiendo que los momentos importantes llegarán cuando estemos listos para recibirlos.
AMAR LAS PREGUNTAS
Ten paciencia con todo aquello
que no se ha resuelto en tu corazón
e intenta amar las preguntas por sí mismas,
como si fueran habitaciones cerradas
o libros escritos en una lengua extranjera.No busques ahora las respuestas
que no estés preparado para vivir,
pues la clave es vivirlo todo.Vive las preguntas ahora.
Tal vez las encuentres, gradualmente, sin notarlas,
y algún día lejano llegues a las respuestas.Rainer Maria Rilke


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