El 23 de diciembre: el día en que la locura de las compras navideñas se convierte en un deporte extremo.

¿Cómo ha pasado tan rápido el mes? Si no estás corriendo de tienda en tienda buscando lo que falta, es porque has decidido ser honesta y aceptar que este año los regalos son lo de menos. Pero, claro, siempre aparece ese momento de pánico: ¿me habré olvidado de alguien? 😅

Y ahí estás, dando vueltas como una loca (o loco), buscando lo que sea que aun quede en las estanterías. Entre tanto estrés, terminas comprando algo que seguro a esa persona le hará gracia… o no. Pero ya está, el objetivo es salir de ahí con la sensación de que por lo menos has hecho lo posible. 🎁

Luego está el momento de envolver. Aquí no hay trucos, no hay magia: solo tú, con tus manos un poco torpes, luchando con el papel y la cinta adhesiva. No importa que el paquete no sea perfecto, lo importante es que ya está listo para dar. O al menos, esa es la excusa para no pensar más en cómo quedó. ¡Menos mal que está mi hermana pequeña para esta tarea!🤷‍♀️

Y cuando por fin acabas, te sientas a pensar que, en el fondo, lo que realmente importa no es el regalo, sino el tiempo que hemos compartido, las risas que nos quedan por hacer, y esa sensación de estar todos juntos, aunque sea en medio del caos de las compras. Porque eso es lo que cuenta, ¿verdad? ¡Que nada nos quite la magia de la Navidad! 🎄✨

¡Feliz prenochebuena! 🎄✨


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