Si eres una mujer que, como tantas otras, siente que tiene que ser «superhéroe» día tras día, llevando sobre tus hombros la carga de los demás, de la familia, del trabajo, de las responsabilidades que nunca acaban, este post es para ti. A veces parece que somos las que tenemos que estar siempre dispuestas, siempre fuertes. Y, sin embargo, nos olvidamos de una parte fundamental: nosotras mismas. Hoy quiero hablarte de autocuidado, de cómo no perderse en el caos de la vida diaria y aprender a poner en el centro nuestras propias necesidades, porque, querida amiga, si no te cuidas tú, ¿quién lo hará?
El autocuidado no es egoísmo
Es fácil pensar que autocuidarse es un lujo del que no podemos permitirnos el placer, sobre todo cuando tenemos tantas personas a nuestro alrededor que dependen de nosotras. Pero déjame decirte algo claro: el autocuidado no es egoísmo, es supervivencia. Cuando nos olvidamos de nosotras mismas, acabamos agotadas, desbordadas y, lo peor de todo, desconectadas. Si no te das espacio para respirar, para sentirte bien, para estar en paz, lo que vas a terminar es perdiendo la energía que te permite cuidar a los demás.
Entonces, ¿cómo empezar a practicar el autocuidado? No tiene que ser complicado ni llevar mucho tiempo. A veces son esos pequeños actos que dedicamos a nuestro bienestar los que marcan la diferencia.
1. Escucha tu cuerpo
Vivimos tan deprisa que a menudo olvidamos que el cuerpo tiene su propio lenguaje. El cansancio, el estrés, los dolores de espalda, el insomnio, son señales que nos están diciendo: «Hey, para un momento». Si no prestamos atención a estos mensajes, el cuerpo se encargará de recordarnos que necesitamos descansar. Así que, si estás sintiendo que estás a punto de colapsar, es hora de poner en pausa lo que sea necesario y darte ese tiempo para recargar fuerzas.
2. Aprende a decir no
Este es uno de los actos más poderosos de autocuidado que puedes practicar: aprender a decir no. No siempre podemos complacer a todos, no siempre tenemos que decir «sí» a todo lo que nos piden. Decir no es un acto de amor propio. Y si alguien no lo entiende, es su problema, no el tuyo. Tu energía es limitada, y está bien poner límites saludables.
3. Disfruta de los pequeños placeres
A veces, las mujeres pensamos que no merecemos un descanso, que no podemos disfrutar de las pequeñas cosas, como leer un buen libro, ver una película tranquila o simplemente tomar una taza de té sin prisa. Pero son esos pequeños momentos los que nos permiten reconectar con nosotras mismas y recordar lo que es la calma. Aprovecha esos minutos para desconectar, aunque sea unos pocos cada día.
4. Haz ejercicio que te haga sentir bien
No tienes que ser una atleta profesional ni pasar horas en el gimnasio. Se trata de encontrar una actividad que te haga sentir bien, que te relaje, que te libere de tensiones. Ya sea bailar en casa, salir a caminar, hacer taichi o nadar. El ejercicio es una herramienta maravillosa para liberar estrés y mejorar tu bienestar general.
5. Haz algo creativo que te haga feliz
El autocuidado también puede ser creativo. Pintar, escribir, cocinar, hacer jardinería, cualquier actividad que te permita desconectar de lo cotidiano y centrarte en algo que te guste, te ayudará a sanar. La creatividad no tiene que ser perfecta ni seguir normas. Se trata de disfrutar del proceso.
Lecturas y películas recomendadas para tu autocuidado
A veces, las palabras de otros nos llegan al corazón y nos ayudan a ver las cosas desde otro ángulo. Aquí te dejo algunas lecturas y películas que, de alguna manera, nos hablan sobre la importancia del autocuidado y la necesidad de poner en valor nuestra salud emocional.
Lecturas:
- Mujer que sabe latín… de Rosario Castellanos: Un libro que nos invita a reflexionar sobre la vida de las mujeres, nuestras luchas y la importancia de nuestra voz. Ideal para quienes buscan una mirada feminista que valore nuestra experiencia.
- La casa de los espíritus de Isabel Allende: Un clásico de la literatura latinoamericana que, a través de su narrativa mágica y profunda, aborda temas como la familia, el amor y la superación personal, recordándonos la importancia de nuestra fuerza interna.
- Pequeñas cosas bellas de Cheryl Strayed: Una colección de cartas y respuestas de la columna de consejos Dear Sugar, donde se exploran temas de amor, dolor, y crecimiento personal. Perfecto para lecciones de autocuidado emocional.
- Cualquier libro de María José Álava Reyes.
Películas recomendadas:

- The Hours (2002): Las horas. Dirigida por Stephen Daldry. Esta película explora la vida de tres mujeres en distintas épocas, todas enfrentando luchas personales intensas y buscando su lugar en el mundo. Es un hermoso recordatorio de cómo, a veces, nos necesitamos a nosotras mismas para encontrar la paz interior. Recordemos que está basada en la obra de la gran escritora Virginia Woolf.
- Wild (2014): Salvaje. Dirigida por Jean-Marc Vallée. en el libro de Cheryl Strayed, la película cuenta la historia de una mujer que, después de una serie de tragedias, emprende un viaje de autodescubrimiento a través de una caminata por el Pacífico. Nos habla de la importancia de la resiliencia y de cómo el contacto con la naturaleza puede ser una forma poderosa de autocuidado.
- Frances Ha (2012): Dirigida por Noah Baumbach. El título en español se mantiene como en el original. Esta película independiente sigue a Frances, una joven que lucha por encontrar su camino en la vida mientras enfrenta las dificultades de ser adulta y vivir en Nueva York. A través de sus errores y fracasos, el filme muestra cómo el autocuidado y la independencia personal se van construyendo paso a paso, sin grandes gestos, solo con honestidad.
- Girl, Interrupted (1999): Inocencia interrumpida. Dirigida por James Mangold. Basada en el libro de Susanna Kaysen, esta película muestra la vida de una joven que entra en una institución psiquiátrica tras un intento de suicidio. A través de su tratamiento y las relaciones que establece con otras mujeres, se explora la importancia de cuidar de nuestra salud mental y emocional.
- An Education (2009): Enseñanza de vida. Dirigida por Lone Scherfig. Esta película, aunque centrada en una historia de amor y crecimiento personal, también trata sobre la autonomía femenina y el poder de tomar decisiones que nos beneficien a largo plazo, incluso cuando nos enfrentamos a las expectativas ajenas.
¿Por qué estas películas?
Todas estas películas abordan el autocuidado desde diferentes perspectivas. Algunas son más realistas, otras tienen un toque de humor negro o drama, pero todas hablan de la necesidad de poner en primer lugar nuestras emociones, nuestros límites y nuestras decisiones, sin hacerlas ver como una tarea fácil o un camino lineal.
Apostilla
Ayer mismo, miércoles, viví una situación que me dejó emocionalmente agotada. Entre las tensiones con mi hijo y las complicaciones con mi pareja, me vi atrapada en un mar de emociones difíciles de procesar. Hubo momentos en los que sentí que no podía con todo, que la carga era demasiado pesada para llevarla sola. Después de todo eso, no cené. Simplemente no tenía fuerzas para hacerlo. Esa noche dormí con mi perro en el sillón, con la calefacción encendida para no tener frío, y los gatos cerca, cuidándome con su presencia silenciosa. Los animales, en mi caso, me proporcionan mucho apoyo, y en esa noche me dieron la compañía y el consuelo que tanto necesitaba.
Hoy, al darme cuenta de lo importante que es reconocer mis límites, sé que debo hacer algo por mi bienestar. Tengo que ir al médico por la mañana y, por la tarde, me iré a ver a mi madre. Las madres siempre son un alivio. Estar con ella me da paz, me recuerda que, aunque las cosas a veces no salgan como espero, el cariño familiar puede ser un refugio en medio de la tormenta.
Mi autocuidado no es una tarea fácil, pero después de lo vivido ayer, más que nunca entiendo la importancia de ponerme en primer lugar, aunque sea por unos minutos al día. Es el primer paso para poder dar lo mejor de mí a quienes me rodean.


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