Me han comprado una hucha, una vaca blanca, con manchas negras, que me sonríe desde encima de todas las agendas (2024 y 2025) que tengo acumuladas encima de la mesa de comedor del salón.
Es el sitio en el que trabajo porque aquí hay mucha luz. Me he puesto una bolsa de agua cubierta con lana beige de punto de calcetar de ochos en la espalda, regalo de mi hijo mayor, de las que se usaban cuando era pequeña y que, en aquel entonces, eran de cuadros y ponías en los pies porque no solía haber calefacción en las casas.
La vaca tiene 16 euros y mi pretensión de todos los años es la de ahorrar algo de dinero para poder tener un ‘colchón’, como la mayoría de la población, para cuando debas cambiar las ruedas del coche o te pierda aceite por cuatro puntos y no te quede otra opción que llevarlo al taller para que te acaben cobrando 1000 euros, nada más y nada menos. Podéis imaginar que año tras año no consigo alcanzar mis metas y la hucha se queda completamente vacía, también porque ahora no llevo nunca dinero en efectivo, solo la tarjeta, y no puedo ir quitando euritos que te van sobrando de tomar el café de la mañana.
Es una hucha, además, de las que se abren por abajo, desde la barrigola, con lo que tendré la tentación de ir a quitarle la tapa en caso de necesidad y es que en mi casa siempre hay situaciones de necesidad. ¡Mirad! No puedo contároslo, que buenamente lo haría, porque ya sabéis que mi madre me aconseja que evite cualquier comentario personal, e incluso nombres. Es necesario que sea capaz de encontrar ese puntito en el que pueda relataros mis historias personales sin que revele demasiado de mi estado.
¡En fin! Que hoy estoy un poco orgullosa de mí misma porque me he puesto a trabajar duramente para que esa hucha vaya creciendo y pueda emplearla en… quizá mandar a mi hijo con discapacidad a un centro especializado para que no se encuentre ocioso todo el día.
De momento, he ahorrado esos dieciséis euros. Quizá mañana haya diecisiete, y pasado mañana dieciocho y llegue algún instante en que el dinero sea algo que no me preocupe sinceramente «rien de rien.»


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