La relación entre humanos y perros es un vínculo ancestral basado en la confianza, el afecto y la colaboración. En el caso del autismo, este lazo adquiere un matiz especialmente poderoso. Los perros de asistencia para personas con trastorno del espectro autista (TEA) no solo brindan apoyo funcional, sino que también transforman vidas mediante su compañía incondicional y su sensibilidad única.


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